La Abduccion de Betty y Barney Hill

 

En Septiembre de 1961, sucedió un evento que daría inicio a uno de los más grandes y controvertidos misterios de la actualidad, las abducciones extraterrestres o como denomino Allen Hynek, encuentros cercanos del cuarto tipo, y la ufología obtuvo una nueva clave para empezar a tratar de armar el gran rompecabezas del enigma ovni.

r-BETTY-AND-BARNEY-HILL-large570 El famoso caso de Betty y Barney Hill fue el primer caso de  abducción en pareja de la era moderna de la ufología, y por ser  precisamente el primer caso, es también el más y mejor  documentado.

Todo ocurrió la tranquila noche del 19 al 20 de Septiembre de  1961. Ese día Barney Hill y su esposa Betty Miller regresaban de Canadá donde habían pasado unos días de vacaciones. Su Chevrolet Bel Air conducido por Barney avanzaba por la zigzagueante U.S.3, la carretera nacional que lleva a Portsmouth, localidad donde los Hill vivían.

Antes de las tres de la madrugada habremos llegado -precisó Barney a su esposa. La radio del auto, entre sonidos musicales, les había advertido de la presencia de un huracán que parecía dirigirse hacia la zona del Estado de Vermont, donde ellos se encontraban actualmente.

Barney tratando de tranquilizar a su esposa le indico que se encontraban cerca de Colebrook. Allí se detendrían a comer algo. Al salir del restaurante Betty subió al auto y miró su reloj. Eran la diez y cinco minutos. Quedaban aun por recorrer  274 kilómetros, pero la carretera era ahora más recta y permitía una mayor velocidad. Barney al advertir la intranquilidad de su esposa, le dijo que no se preocupara, antes de las tres estarían en casa.

La luna brillaba en el cielo iluminando la carretera. En el auto todo era silencio. Delsey, la perrita de los Hill, dormía en el suelo de lauto, a los pies de Betty. De repente, Betty vio una luz en el cielo y pregunto a su esposo si podía verla también, el mencionó que llevaba ya un rato viéndola, pero que seguramente era solo un satélite. Pero esta luz, inicialmente lejana y con una velocidad constante, pareció girar y se fue agrandando.

-Creo que se dirige hacia aquí!- dijo Betty con inquietud a su esposo.

En ese instante su perrita Delsey empezó a sollozar. Detuvieron el auto para que Betty paseara a Delsey, mientras Barney enfocaba unos prismáticos en dirección a la luz, que mantenía ahora una dirección errática. Al volver al auto, Barney, inconscientemente, aumentó la velocidad. También él empezaba a presentir una extraña amenaza en aquella luz, una amenaza que se iba materializando porque aquella, ahora más cercana, mostraba una figura alargada cubierta en un juego de colores parpadeantes que iban del rojo al naranja y luego, del verde al azul.

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Reproducción del ovni visto por Betty y Barney Hill.


Aquel objeto de un material sólido, sin parecido alguno con  cualquier nave terrestre conocida, se colocó detrás del auto y  empezó a perseguirlos. Era un objeto enorme, aterrador. Delsey  gemía más inquietamente. El objeto, ahora enfrentando al auto,  había dejado su juego de luces cambiantes y se mostraba  cegadoramente blanco. Betty, que parecía fascinada por la belleza  de la luz que desprendía el objeto, gritó a Barney que se detuviera  para contemplar aquello nunca antes visto. Barney haciendo caso a  su esposa llevó el auto a un lado de la carretera y, dejando el  motor en marcha, bajó. Al bajar enfocó los prismáticos hacia aquel  objeto enorme cuyo diámetro tenía el mismo ancho que la  distancia  entre dos de los postes del teléfono, y dio  silenciosamente una  vuelta completa sobre la carretera,  quedando sólo a unos treinta metros de distancia de ellos. Ahora,  una doble hilera de ventanas era perfectamente visible.

Barney que se encontraba muy asustado, sin saber por qué, cruzó la carretera y se adentró por el campo avanzando directamente hacia el objeto. Ahora, el enorme disco estaba inclinado en ángulo hacia Barney; en ese momento, dos proyecciones, semejantes a aletas de pez, salían por ambos lados y tenían luces rojas en los extremos. Las ventanas parecían convexas y se extendían en torno al perímetro del disco grueso y en forma de torta. El silencio era absoluto. Lleno de agitación, pero poseído todavía de un irresistible impulso de acercarse más y más al vehículo, Barney continuó avanzando por el campo, llegando a estar sólo a quince metros de distancia del objeto, que ahora había descendido hasta la altura de las copas de los árboles. Barney no calculó su tamaño, pero dijo que era tan grande como un avión de pasajeros de propulsión a chorro, o quizá mayor.

Tras las ventanas del objeto pudo ver varios seres mirandolo

Tras las ventanas del objeto pudo ver varios seres mirándolo.


Betty, contemplando aquella escena y ya al borde de la histeria, gritó a Barney que volviera, pero, Barney estaba absorto por lo que estaba viendo, detrás de las ventanas de aquel objeto, logra ver unas figuras; por lo menos, media docena de seres vivos. Estos parecían estar apoyados contra las ventanas transparentes, mientras el objeto descendía hacia él. Estaban agrupados, mirándole. Advirtió vagamente que llevaban uniforme. Betty, a casi sesenta metros de distancia, le gritaba desde el auto, pero Barney no recuerda haberla oído.

A partir de ese momento, cuando el objeto se encontraba ya posado en el suelo, Barney sintió una fuerte corazonada, intuyó, con la fuerza de una certeza, que iban a ser raptados. Y sintió un terror que hasta ese día conoció, pánico. Temblando, arrancó sus pies que parecían atornillados al suelo, y salió huyendo en dirección al auto. Subió en él y al tiempo que arrancaba, pidió a Betty que mirara por la ventanilla. El pobre Barney estaba al borde de la histeria y temía ser perseguido por aquel objeto. Betty miró y no vio nada. El objeto, aparentemente, había desaparecido, al mirar hacia arriba todo era oscuridad, no había estrellas, y Betty sintió el escalofrío de saber que el objeto estaba sobre ellos. El auto empezó a vibrar y Betty, Barney y también Delsey, que se puso a gemir casi histéricamente, oyeron un extraño bip-bip de timbre electrónico. Y ambos comenzaron a sumirse en una cosquilleante somnolencia. A partir de aquel momento, quedaron como cubiertos por una especie de neblina.

Algo más tarde, aunque no supieron decir exactamente cuándo, el bip-bip volvió a sonar y a medida que el segundo bip se iba haciendo más sonoro, los Hill fueron recuperando lentamente la conciencia. Seguían en el auto que Barney conducía a una velocidad normal.

Ovni de los Hills

Ovni de los Hills.


Al principio permanecieron en silencio; luego Betty aun somnolienta, pregunto a Barney si ahora creía en platillos volantes, a lo que Barney contesto en un tono un tanto molesto que no dijera tonterías, naturalmente que no. El silencio volvió al auto  y los Hill salieron totalmente de su somnolencia al llegar a la autopista nueva, a la U.S.93. En ella un letrero indicaba que a unos 27 kilómetros se encontraba la ciudad de Concord. Y fue entonces cuando los Hill se percataron de que habían recorrido cincuenta y seis kilómetros sumidos en la inconsciencia.

Cuando los Hill llegaron a casa, bajaron del auto haciendo la promesa de no decir nada a nadie. ¿Quién podía comprender tan extraña aventura? Y no tenían interés ninguno en ser tildados de locos. Notaron que estaba ya amaneciendo y, extrañados, miraron la hora, pero sus relojes se habían parado. El de la cocina indicaba las cinco y unos minutos de la madrugada. Ante esto Barney comentó que al parecer habían llegado un poco más tarde de lo que habían previsto. Sera mejor que lo olvidemos todo concluyó Barney.

Pero pronto los hechos empezaron a imponerse. Barney vio asombrado que la parte superior de la punta de sus zapatos, que cuando se los puso al iniciar viaje de regreso en Canadá estaban nuevos y relucientes, ahora se encontraban gastadas, como si alguien las hubiera arrastrado. Y vio también que sus pantalones, así como los calcetines, estaban llenos de agujas de pino. Betty, por su parte, se sentía sucia, como si algo gelatinoso la hubiera cubierto. Tras tomar un baño, nerviosa, llamó a su hermana y le contó lo ocurrido. Pensó que esto la aliviaría y tratándose de su hermana no incumplía el pacto de silencio acordado con Barney. Janet, la hermana de Betty, creía firmemente en los Ovnis porque estaba convencida de haber visto uno. Ella alertó a Betty indicándole que esa sensación de suciedad podía ser contaminación radiactiva. Y contó cuanto sabía de los posibles campos electromagnéticos irradiados por los Ovnis. Por ejemplo, indico a Betty que lo primero que debía hacer era inspeccionar con una brújula el exterior del auto; si la aguja de la brújula se volvía loca en algún punto de la carrocería era que estaba radioactiva. De esta manera, más asustada ahora, pidió a Barney su brújula. Barney, tras resistirse unos minutos, fue finalmente por ella. Betty, casi histérica, recorrió con ella la chapa del auto, ahora húmeda por una ligera lluvia, topándose con la sorpresa de que en la parte posterior, de donde habían procedido los bips, Betty vio varias manchas brillantes. Eran unas extrañas manchas circulares, y en esos lugares, para asombro y mayor terror de Betty, la aguja de la brújula se agitaba sin control.

Después de esto, cumpliendo el consejo de su hermana Janet, Betty se puso en contacto con la cercana base aérea de Pease. Tras hablar con el comandante de la Base Aérea, Barney ya más interesado en el suceso, pidió a Betty que hiciera un detallado relato de todo lo que había ocurrido. El haría otro, pero por separado, evitando todo comentario. Y el resultado fueron dos relatos muy similares.

Barney describiendo el objeto que vio

Barney describiendo el objeto que vio.


En este punto fue cuando Betty empezó a leer todo cuanto se había escrito en torno a fenómeno Ovnis. Y entre los libros que leyó le interesó especialmente El complot contra los platillos volantes del comandante Donald Keyhoe. Este dirigía  en aquel entonces el NICAP, un centro de investigación del fenómeno OVNI. Betty, conociendo la seriedad del NICAP, escribió a Keyhoe contándole su caso. En esa carta, por primera vez, Betty revelaba que su marido decía haber visto extraterrestres que le contemplaban desde el interior de la nave.

Días después de haber escrito la carta, Betty empezó a tener sueños terriblemente lúcidos. Todos ellos se referían a los acontecimientos que habían vivido aquel día. Eran sueños terribles, llenos de hechos terroríficos. Soñaba que seres salidos de la nave la sacaban del auto. Esos supuestos hombres, todos ellos iguales y uniformados en el sueño, la llevaban al interior de aquel extraño objeto, en ese punto los sueños pasaban a ser una horrible pesadilla ya que la sometían a unos horribles exámenes médicos.

Los sueños eran constantes y se repitieron durante cinco días; luego pararon. Betty, que al principio había guardado silencio, finalmente los escribió con todo detalle y se los dio a leer a su esposo Barney. Este no pareció dar mucha importancia a las pesadillas de Betty, pero esos textos adquirieron especial importancia dos años después.

En el lugar del evento se ha puesto una señal para que sea reconocido

En el lugar del evento se ha puesto una señal para que sea reconocido.


En Febrero de 1962, Betty y Barney iniciaron una serie de viajes al lugar del incidente. Al principio iban dos o tres veces al mes e inspeccionaban el lugar de los hechos, intentaban recordar… Pero el éxito fue casi nulo y posteriormente fueron descontinuando los viajes.

Como era de esperarse, los Hill iban siendo víctimas de la creciente tensión que en ellos generaba el incidente. Tenían una historia inacabada que no podían dejar a un lado; no podían ya limitarse a solamente olvidar. Así, ambos fueron generando un estado de angustia que a Barney le provocó una hipertensión y serios trastornos estomacales que degeneraron en úlcera de duodeno. Empezaron a salirle también una serie de verrugas en la zona de la ingle, que formaban un círculo casi perfecto. Todo esto llevó a Barney a buscar la ayuda de un médico, el doctor Patrick Quirke. Este, conociendo el incidente que los Hill habían vivido en, recomendó dejar para más adelante las sesiones de hipnosis regresiva que Barney le pedía.

En el verano de 1962, Barney busco la ayuda del psiquiatra Duncan Stephens. Pero esta vez no dijo nada del incidente; se limitó a narrar sus problemas emocionales y sociales. De manera que el doctor Stephens dirigió su atención a los conflictos que en su niñez, juventud y adultez había tenido. Meses después de esa terapia, Barney le habló del incidente que le seguía atormentando, el doctor Stephens lo consideró secundario.  Fue hasta el verano de 1963 que el doctor Stephens dio a éste un descanso, considerando que había recuperado casi totalmente su equilibrio emocional. En efecto, Barney se encontraba mejor. También Betty, a la que los sueños ya no atormentaban más. Pero ambos seguían opinando que algo oscuro permanecía oculto en su mente, pronto a saltar, en lo más profundo de su ser y que quizás todo hubiera ido mejor si Stephens no se hubiera negado también como lo hizo el doctor Quirke, a someterles a unas sesiones de hipnosis.

Los avistamientos de ovnis  seguían produciéndose de forma creciente en la zona de Portsmouth. Por esta razón en Septiembre los compañeros del a iglesia a la que los Hill frecuentaban invitaron a Barney a que explicara en la iglesia cuanto les había ocurrido en Indian Head. En la reunión de la parroquia, junto a Barney, también había sido invitado a hablar el capitán Ben Sweet, de la cercana Base Aérea de Pease, hombre que era conocido en el Estado por sus estudios hipnóticos. El capitán Sweet se interesó mucho en la historia de los Hill y, por sus conocimientos en hipnosis, consideró que era preciso utilizarla para descubrir qué había ocurrido en esas dos horas de amnesia que tanto atormentaban a Betty y a Barney.

Animado por el capitán Sweet y por insistencia de Barney, el doctor Stephens aceptó finalmente esas sesiones de hipnosis; pero, aun así, aconsejó a Barney que consultara antes al doctor Benjamin Simon, conocido psiquiatra y neurólogo de Boston, especialmente famoso por sus estudios y prácticas de hipnosis durante la Segunda Guerra Mundial. Y así, el 14 de Diciembre de 1963, los Hill iniciaron sus consultas con el doctor Simon. Y con esa consulta inicial, ese día, surgía una nueva era en la explicación y en el tratamiento en los contactos entre terrestres y posibles seres del espacio.

Finalmente  el 22 de Febrero de 1964 iniciaron las auténticas sesiones de hipnosis regresiva. Sesiones a las que semanalmente fue sometiendo a Betty y a Barney. Fueron  en total seis duros meses de sesiones y en los primeros meses tanto Betty como Barney tuvieron que vivir el desasosiego de no saber qué decían en las sesiones, porque el doctor Simon les daba la orden de no recordar. Y esto a fin de que uno no influyera en el otro relatándose cuanto iban diciendo hipnotizados en torno a lo acaecido en Indian Head. Sólo unas semanas antes de terminar las sesiones el doctor Simon dejó escuchar a los Hill las cintas que había grabado en las sesiones de hipnosis regresiva. Y esto para completar lagunas con hechos recordados o con hechos que la hipnosis había hecho aflorar al consciente.

Es imposible describir en papel con toda su fuerza emotiva, los estados de ánimo vividos por los Hill en los momentos que se encontraban bajo hipnosis: llantos de  angustia, gritos, terribles jadeos… una hipnosis regresiva no es solo un recodar, es un vivir de la conciencia. El vivir de nuevo todo aquello que se mantiene oculto, muy profundamente en nuestro subconsciente.

A continuación les narrare los escalofriantes hechos que, bajo hipnosis, dijeron haber vivido Betty y Barney Hill.

Barney, bajo hipnosis,  volvió al lugar y a la hora en el que sus recuerdos desvanecían. Volvió a Indian Head  al momento en que temblaba ante la mirada fija de aquel extraterrestre que se encontraba en la nave.

¡Hay un hombre ahí dentro! Es… es… ¿es el capitán? ¿Qué es? Me… me está mirando. Barney contó la forma extraña en que aquel ser le miraba. Tenía la impresión de que quería decirle algo.

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Ante el auto ahora detenido, se encontraba un grupo de aquellos extraños seres.


-Me dice algo así como que no tenga miedo, que siga donde estoy. Comento Barney, pero se vio corriendo, huyendo
de aquella mirada atemorizante. Subió al auto y salió a toda velocidad. Aquel sonido… esos bip-bip lo han llevado hacia el bosque, y allí, ante el auto ahora detenido, se encontraba un grupo de aquellos extraños seres.

Betty, por su parte, sin conocer el relato de Barney repitió la misma historia con casi los mismos  detalles. Añadió que aquellos seres se lanzaron hacia ellos. Ella intentó huir, pero fuera  junto a la puerta del auto estaba uno de ellos impidiéndole el paso. Acto seguido los sacaron del auto, Barney, que parecía dormido, fue arrastrado sujetándolo de los brazos, de ahí las raspaduras en las puntas de sus zapatillas. Betty gritaba a Barney para que despertara, entonces el hombre que estaba a su lado le dijo: « ¡Ah! ¿De modo que se llama Barney?». Ella miro a aquel ser  sin dirigirle la palabra y él seguía preguntándole: « ¿Se llama Barney?». Acto seguido este ser le dijo: «No tenga miedo, no tiene usted motivo alguno para asustarse, no les haremos el menor daño. Sólo queremos hacer ciertos experimentos. Y cuando los experimentos terminen les llevaremos a usted y a Barney al auto y les dejaremos en él». En un inglés extraño, como de un extranjero

momento en que son llevados a la nave Subieron a la nave por medio de una rampa. Los seres que llevaban  a Barney, aun inconsciente, entraron tras ella, pero se dirigieron a  otro lugar. Ante la inquietud de Betty, el ser le dijo que no temiera,  que les separaban porque sólo tenían aparatos para una persona en  cada habitación.

Barney recordó que en ese momento tenía la sensación de que se  encontraba muy débil, tenía mucho miedo de abrir los ojos, pero  estos seres le dijeron que los mantuviera cerrados.



Barney fue sometido a varios examenes medicos

Barney fue sometido a varios exámenes médicos.


Al abrir los ojos  vio una sala de operaciones. Se ve acostado sobre una mesa, y  siente  un frío en la ingle, como si una aguja penetrara su piel, después describe que ponen algo en un oído, pero no siente dolor. Describe que siente que lo están examinando, tocando su cuerpo, la boca.

Al mismo tiempo, en la otra habitación, Betty estaba siendo sometida a exámenes: tomaron muestras de su piel, examinaron sus ojos, boca, dientes, garganta, oídos, recogieron serosidades, así cabellos que guardaron. Describe que la desnudaron y llevaron a un taburete, donde la inspeccionaron exhaustivamente con agujas conectadas a una pantalla. Ahí le indicaron que estaban estudiando su sistema nervioso. Le dice que quiere pincharle el ombligo, que no es más que un simple experimento. Betty le grita que le duele, que le duele mucho, tras lo que el que parece ser el jefe, le tapa los ojos con la mano y dice que todo irá bien, que no sentirá nada, en ese momento el dolor desaparece. Al preguntarle el porqué de esta prueba, el jefe le dijo que era para comprobar si estaba embarazada.

Aquel ser no causaba miedo a Betty, si no tranquilidad. Ella le dijo que nadie le creería que esto había sucedido, y pidió a este ser si podían darle alguna prueba física que pudiera dar como evidencia de ese encuentro, a lo que él le permitió tomar un libro en el cual se encontraban unas extrañas escrituras que ella no logro entender.

El Jefe le muestra a Betty un mapa estelar

El Jefe le muestra a Betty un mapa estelar.


Ella sabía que estos seres no eran terrestres, y le pregunto qué de dónde venían, en ese momento el ser el mostro un tipo de mapa marcado por pequeños puntos unidos por líneas. Había un gran círculo y muchas líneas que salían de él. Muchas líneas iban a otro círculo situado muy cerca, pero no tan grande. Y estas líneas eran gruesas. Al preguntarle qué querían decir estos él dijo que las líneas gruesas eran rutas comerciales y las otras líneas eran rutas hacia lugares a donde iban de cuando en cuando, dijo también que las líneas de puntos seguidos eran rutas de expediciones.

Mapa dibujado por Betty y la comparacion con el mapa estelar de Z Reticulis

Mapa dibujado por Betty y la comparación con el mapa estelar de Z Reticuli.



En estado de hipnosis, Betty dibujo aquel mapa estelar que el ser al que ella llamaba jefe le mostró. Dicho mapa fue estudiado después por una institutriz de Ohio, Marjorie Fish, que después de mucho tiempo de estudio y análisis logro dar con una configuración estelar muy semejante a aquel dibujo, que se trataba de un mapa que desvelaba el lugar de procedencia de los alienígenas de los Hill. Ese lugar era Zeta 1 y Zeta 2 de la Constelación Retícula, una pequeña constelación visible únicamente desde el hemisferio sur.

Reproduccion del Jefe

Reproducción del Jefe.


Después de muchos años, el fenómeno de las abducciones ha ido creciendo, pero la carencia de evidencias físicas que afirmen totalmente la veracidad de estos encuentros no permite afirmar concluyentemente que esto sea verdadero, lo único verdadero es que día con día son más las personas que afirman o creen haber tenido contacto con seres que salen de nuestro conocimiento, que sienten que hay lagunas en sus vidas que no se explican. Ahora te hago esta pregunta…estas seguro que tú no has sido víctima de uno de estos encuentros? Por supuesto, nunca lo recordaras….

Posted by Unknown | en 12:45 | 0 comentarios