El Hangar 18

Todo sucedió un día de Junio de 1972, en el transcurso del día una mujer entro por la puerta del hospital Cedro Senai vistiendo nada más que un vestido blanco el cual estaba lleno de sangre. Esto no sorprendió a las personas ya que día a día llegaban personas accidentadas buscando ayuda médica, pero lo que si robo la paz y provoco repulsión a quienes la vieron fue el rostro de esta mujer. Su cara, limpia y sin maquilla, sin cejas, sin la mínima línea de expresión e incluso apariencia de vida, parecía la cara de un maniquí.

Ella fue tomada por las enfermeras para revisarla y esta no se inmuto en absoluto, en su cara no existía más que la carencia de expresión. Fue sedada hasta q las autoridades se hicieran presentes para averiguar quién era aquella misteriosa persona, a lo cual ella no protestó. Aquellos minutos fueron una pesadilla para todo el personal que tenía que verla, ya que su rostro producía un miedo que no se puede explicar. Pero aquello era solo el comienzo de la pesadilla.

En el momento en que una de las enfermeras se acercó para darle un calmante, ella exploto en un ataque de rabia defendiéndose. Dos miembros del personal tuvieron que sostenerla con todas sus fuerzas, mientras su rostro seguía sin inmutarse, lo único que hizo fue girar sus ojos hacia el doctor que estaba presente, y lo que hizo a continuación marcaria de por vida a los presentes. En su impávido rostro se dibujó una sonrisa, pero no una sonrisa cualquiera, era la sonrisa de un monstruo, y una risa que ningún ser humano podría reproducir salió de su boca. Una de las enfermeras cayó desmallada, no por el miedo, si no por lo que vio. En la boca de aquel ser repugnante no habían dientes humanos, si no que su boca estaba llena de dientes largos y afilados, los cuales se enterraron en sus labios que chorrearon sangre lentamente. Su rostro seguía igual, no había la más mínima expresión de dolor en el.

El doctor sorprendido por todo esto se acercó a ella con cara de asombro y a la vez miedo, y con una voz quebrada y sin fuerza le grito “QUE MIERDA ES USTED?”. Ella con un movimiento rápido logro liberarse de las personas que la retenían, aun sonriendo, y se lanzó contra el doctor mordiéndolo en el cuello y como si fuera un animal salvaje arranco su yugular con un movimiento brusco, escupiendo el pedazo de carne y mirando fijamente al doctor. El doctor cayó en un charco creado por su propia sangre, y la mujer se inclinó hacia él y con voz como venida de otro mundo dijo “YO…SOY…DIOS”.
Miembros del departamento medico como de seguridad presenciaron aquella terrible escena, y el miedo que sintieron no lo volverán a sentir jamás.

La mujer, si se puede llamar así, empezó a caminar lenta y tranquilamente, saludando con su mano conforme iba saliendo del hospital a todo aquel que topaba. Su rostro jamás será borrado de sus mentes.